jueves, 3 de julio de 2014

Definiendo estándares de control de acceso físico

Por Terry Gold, fundador de IDAnalyst LLC

Sostengo muchas conversaciones con productores, integradores y usuarios finales en el espacio de control de acceso físico, acerca de los sistemas que deben sobrevivir por una o dos décadas. Tradicionalmente las decisiones sobre tecnología se han tomado en base a una fuerte influencia de las relaciones existentes, la sensibilidad de los costos y los conjuntos de funciones, desde la perspectiva de aquellos que han de operar esos sistemas. Pero ese enfoque está variando para los usuarios finales que elaboran una planificación a largo plazo, y parte de esa nueva conversación tiene que ver con los estándares de acceso físico.

Los profesionales de la seguridad física tienen que tomar decisiones que sean útiles para la organización en general, más que para un grupo específico. Sus decisiones están motivadas por la necesidad de ofrecer valor y convertirse en algo más que simplemente un centro de costo corporativo. Los sistemas de control de acceso físico necesitan reducir riesgos y costos, incrementar la eficiencia y añadir valor. También requieren adquirir más inteligencia y posibilitar la colaboración con otros departamentos para mejorar la respuesta ante incidentes y los remedios.

Estos requerimientos no son exclusivos del acceso físico, ya que reflejan un ciclo común de madurez para las organizaciones que demandan un aumento de la rentabilidad. A su vez, esas presiones sitúan demandas a los proveedores en cuanto a diseñar productos que posibiliten alcanzar ese objetivo.

El legado existente y sus desafíos

Años de toma de decisiones y adquisiciones a nivel de región han conducido a sistemas dispares de control de acceso físico. La industria de seguridad física tiene un récord desigual cuando se trata de impulsar la interoperabilidad mediante la implementación de estándares que se han convertido en silos de infraestructura.

Los enfoque tradicionales para enfrentar esta situación han sido limitados: forzar a las organizaciones a “destruir y reemplazar” silos por otra tecnología propia de un proveedor único. Pero esto no es sostenible. Esto exige que los usuarios finales sean altamente dependientes, si no “bloqueados”, durante el tiempo de vida de la inversión, un compromiso que cultiva las mismas dependencias a largo plazo, limita la adopción de innovación de la competencia, deviene en una fijación no competitiva de precios, y reduce la presión sobre el proveedor para introducir innovaciones.

Los sistemas informáticos han estado operando mediante los mismos elementos impulsores por más de una década, y las soluciones que están disponibles son mucho más avanzadas. El saldo final es que la informática ha estado muy por delante del control de acceso físico, y para lograr ponerse en sintonía es mucho lo que hay que recuperar. Es por eso que los estándares son el ingrediente principal.

Lo que pueden aportar los estándares de control de acceso físico

Vamos a pensar en los estándares como si se tratara de unos audífonos Bluetooth. Como consumidor, realmente no quiero comprarme unos audífonos Bluetooth específicos, que solamente trabajen con mi modelo de teléfono. Más bien prefiero que cualquier cosa que responda a la denominación Bluetooth funcione con otros dispositivos que empleen Bluetooth. Puedo elegir entre una serie de proveedores que ofrecen una variedad de características, precio, calidad, funcionamiento y diseño.

Si necesito otro teléfono, todavía mi inversión anterior funciona, y se mantendrán los mismos beneficios cuando se acople con un teléfono de otra marca. La infraestructura de acceso físico debe funcionar de forma similar.

Los matices

En acceso físico los estándares siguen siendo motivo de confusión. ¿Qué constituye un estándar? Es un tema con espacio para variación en las opiniones y en los matices. Se pueden escribir libros – y así se ha hecho – sobre el asunto, en un intento por esclarecerlo. Sin embargo, hay principios universalmente aceptados que lo pueden guiar a uno para llegar a sus propias conclusiones cuando valora si algo es un estándar o no lo es.

Los estándares siempre son especificaciones, pero no todas las especificaciones son estándares. Piense en una especificación como un proyecto que explica “cómo” construir o ejecutar. Y luego piense en un estándar como un acuerdo común para ese proyecto en particular.

Hay diferentes vías que pueden tomar los estándares desde su creación hasta su madurez. Típicamente se originan en grupos comunes que se aúnan para resolver un problema, definir un estatuto y trabajar en una especificación inicial. A partir de ahí comienza a ponerse turbio. Por lo general estos definen procesos para una participación razonablemente inclusiva, neutralidad en intereses concurrentes y control, procesos de apelación y común acuerdo.


La medida de lo 'abierto'

Los estándares típicamente contienen un conjunto definido de especificaciones que rigen los formatos de datos, protocolos e interfaces. De modo que si un único proveedor controla cualquiera de ellos, provoca muchos de los problemas que hemos pasado años tratando de remediarlos. El control por un vendedor único limita las opciones y la capacidad para ejecutar no solo la interoperabilidad, sino también el tipo de funciones y servicios en que se puede interactuar. En el mejor de los casos, se paga “peaje” a ese vendedor por un uso muy específico y a menudo limitado.

La apertura es importante porque puede usarse contructivamente para determinar cuán beneficioso es realmente un estándar. Al determinar cuán abierto es realmente un estándar, uno tiene que plantearse varias interrogantes:

  • ¿Cuál es el proceso por el cual se creó el estándar?
  • ¿Quién lo mantiene después de la versión inicial?
  • ¿Existe un compromiso de retrocompatibilidad para los clientes de adopción temprana y subsecuente?
  • ¿Es extensible? ¿De ser así, eso afecta el cumplimiento?
  • ¿Son razonablemente accesibles las especificaciones?
  • ¿Es demasiado restrictivo para lograr los objetivos deseados?

Desde mi perspectiva, me inclino hacia los estándares que son más transparentes en su misión y proceso. También hacia aquellos que son democráticos e involucran una comunidad más amplia, son menos restrictivos en el acceso, y que implementan, extienden y reutilizan en una manera libre de gravamen.

Avances

La buena noticia es que en los últimos años ha habido mucho avance y enfoque hacia esta área, lo que ha producido resultados tangibles. En el artículo en inglés se dan ejemplos ilustrativos de la cooperación y ejecución en un subgrupo de la comunidad de acceso físico.

Aún queda una opción

¿Quiere esto decir que no hay lugar aquí para la tecnología de propiedad? En absoluto. Un proveedor puede tener un método que es patentado y exclusivo, pero que resulta increíblemente valioso para una situación dada. Además, los vendedores que utilizan estándares pueden decidir la manera en que ejecutan la especificación, en qué medida, así como ofrecer servicios y funciones adicionales que cuando se utilizan de conjunto, hacen que la propuesta tenga mayor valor.

La opción es del cliente. No existen opciones correctas o erradas. En términos de seguridad, los estándares abiertos promueven accesibilidad y a su vez, la revisión y prueba por los pares en toda una comunidad amplia y competente. Este proceso es excelente para descubrir y corregir puntos vulnerables. Por eso sería justo considerar que los métodos de propiedad demandaran similar transparencia y aseguraran que su promoción se valide en lugar de solo decir “confíe en nosotros”.

El beneficio de la comunidad

Los estándares, si se ejecutan adecuadamente, implican a toda una comunidad que quiere resolver el mismo problema. Los esfuerzos por desarrollar estándares individuales son importantes, pero más significativas son las comunidades que se crean para dar solución a problemas persistentes que han obstaculizado el avance y creado la brecha entre la informática y el control de acceso físico.

Aunque tenemos que esperar y ver qué especificaciones se aceptan y logran una amplia adopción, la participación de proveedores, integradores, usuarios finales, organizaciones comerciales y otros, es la nueva realidad. Esto por sí mismo fomentará la innovación y el progreso acelerado en una industria que se había quedado algo estancada.


Fuente: IDNoticias