
El
tener una norma que fije las medidas de una tarjeta facilita la
fabricación de los elementos que acompañan el uso de una tarjeta.
Así, se pueden construir cajeros automáticos, terminales de servicio y
lectores de tarjetas que pueden ser utilizados en cualquier lugar del
mundo. Además, se puede viajar y utilizar la misma tarjeta sin importar
el país en el que estemos o del cual vengamos.
La norma ISO anteriormente citada también fija como estándar un espesor específico, que es de 0,76 mm.
Este espesor es el que tienen todas las tarjetas de las medidas
antecitadas. El grosor de las tarjetas también es importante para la
utilización de terminales y cajeros, toda vez que si cada tarjeta
tuviera un espesor distinto, no se podrían usar las mismas tarjetas en
diferentes cajeros. Sin embargo, aunque existen estos estándares, en el
mundo comercial se están utilizando tarjetas de otros tamaños. Veremos
cuáles son las más comunes de éstas en el siguiente artículo.